Lesiones ortopédicas, compromiso y disciplina para una recuperación plena

Lesiones ortopédicas, compromiso y disciplina para una recuperación plena

person access_timeApr 22, 2025 show_chart410 Vistas chatComentarios

No existe una edad específica para lesionarse una articulación, aunque el riesgo aumenta en la juventud y durante la práctica deportiva. El Dr. Ariel Saldaña, cirujano ortopeda y director médico del Hospital Paitilla—parte de la red sanitaria privada internacional Hospiten que cuenta con 20 centros médico-hospitalarios privados situados en España, Panamá, República Dominicana, México y Jamaica—conversó con dos jóvenes pacientes que sufrieron lesiones de rodilla y que, gracias a la cirugía y a un programa de rehabilitación integral, han logrado excelentes resultados.

Anastasia Linares, de 25 años, dedicó gran parte de su vida al ballet y a la danza contemporánea, participando en competiciones y presentaciones a nivel internacional. Sin embargo, fue un accidente de esquí lo que provocó la ruptura del ligamento cruzado anterior y el menisco de su rodilla. “En ese momento estaba estudiando fisioterapia, así que cuando caí y escuché el ruido que hizo mi rodilla, supe que era algo serio. No me podía levantar y la pierna quedó fija; no podía moverla en ninguna dirección”, relata Anastasia.

La situación fue especialmente difícil para ella, quien además de estudiar, trabajaba. “La inmovilidad y la necesidad de depender de otros para todo lo básico lo complicó todo aún más”, comenta. En este contexto, el Dr. Saldaña explica que cuando se confirma un diagnóstico que requiere cirugía, esta no se realiza de inmediato. Es fundamental una fase previa de fisioterapia —conocida como “pre-habilitación”— para evitar la fibrosis de los tejidos y preservar el rango de movimiento articular.

Por su parte, Regina Espino, de 18 años, es futbolista y jugadora de pádel a nivel competitivo. Jugó en ligas como Tauro y Sporting desde temprana edad. “Lo irónico es que ya me había retirado del fútbol y me estaba destacando en pádel… y fue jugando fútbol que me lesioné”, cuenta. La lesión de Regina ocurrió en septiembre de 2024, por lo que se encuentra en una etapa de recuperación más reciente. “Yo también escuché el sonido de mi rodilla. Es algo que no se olvida. Ya sabía lo que era porque tanto mi mamá como mi papá tuvieron la misma lesión”, recuerda Regina.

Anastasia también tuvo dudas: “Al principio creía que una cirugía era mala para un deportista joven. Ya había tenido una lesión a los 11 años y bailé con dolor por mucho tiempo. Pensaba que podía recuperarme sin cirugía. Pero al conversar con el doctor y resolver mis dudas, decidí operarme para reconstruir este ligamento tan importante para la rodilla”.

Regina añade: “Yo estaba en negación. Fue una noche muy difícil. En el fondo sabía que era el ligamento cruzado. Luego, la resonancia reveló que también estaban comprometidos el menisco, el ligamento colateral y otras estructuras”.

El Dr. Saldaña aclara que no todos los casos requieren cirugía. En muchos pacientes, la rehabilitación y el tratamiento médico son suficientes, pero en otros, la intervención quirúrgica es indispensable. La decisión depende de los objetivos, condición física y estilo de vida del paciente.

La terapia postoperatoria es clave para una recuperación exitosa, así como el seguimiento estricto de las indicaciones médicas. “Entre el tercer y cuarto mes después de la cirugía, es común que el paciente sienta que la rodilla está perfecta y se sienta tentado a hacer más de la cuenta. Ese es el momento de mayor riesgo porque, aunque no haya dolor, los tejidos aún no han sanado completamente”, advierte el especialista.

Los factores emocionales y mentales también juegan un papel fundamental. “Cuando me dijeron que necesitaba cirugía, mi primera pregunta fue: “¿Cuándo podré volver a jugar?”. Sentí que el mundo se me venía abajo. Lo más difícil fue depender de las muletas y de otros para todo”, cuenta Regina. Anastasia agrega: “Es importante saber pedir ayuda. Me tomó cerca de un año retomar los entrenamientos sin miedo a lesionarme otra vez. Fui recuperando la confianza poco a poco”.

Ambas coinciden: “Hay que combatir los pensamientos negativos, meditar, escribir, hablar con personas que hayan pasado por lo mismo. Cada cuerpo tiene su ritmo, no podemos compararnos. Lo más importante es seguir al pie de la letra la terapia indicada por el médico, sobre todo la primera semana después de la cirugía. Esto hace toda la diferencia, además de contar con un médico de confianza y un equipo multidisciplinario de apoyo, como el del Hospital Paitilla”.

Para concluir, el Dr. Saldaña hace un llamado a la paciencia: “El cuerpo tiene su propio ritmo para sanar. El paciente es quien tiene la mayor responsabilidad: debe ejercitarse en casa, prestar atención a las señales de su cuerpo, evitar los excesos. Y como medida preventiva, recomiendo practicar deporte, hacer ejercicio regularmente para mejorar el metabolismo, reducir el riesgo de enfermedades crónicas, prevenir la osteoporosis y mantener la masa muscular”.



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